Pues Yerca empezó dibujando fetos a los 16 años mientras le enseñaban en clase de religión qué era vida y qué no era vida, intentando no aburrirse. Siguió dibujando a los 18; continuó dibujando a los 25 tras acabar biología (y tras hacer millones de carteras que se encuentran repartidas por toda Valencia) y ahora dibuja por necesidad para poder evadirse del mundo en el que Madre la parió. Con ruido de fondo, siempre con ruido de fondo. Necesita que le hablen, escuchar música, ver películas, series… Necesita no pensar en nada para poder vomitar todo lo que se le cruce por la cabeza en una cartulina de 185 g/m2. Con pilot, siempre con pilot Vball 0.5, nada de rotuladores que le quiten precisión en cada trazo.

Todo este trabajo estaba atrapado en unas cartulinas insulsas, en carteras manoseadas, en CD’s pintados, en zapatillas y hasta en una pared (inacabado pero con la esperanza de poder terminarlo) donde no podía escapar de ninguna de las maneras, fuera del alcance de la gente no poseedora de estos bienes, hasta que apareció Kelevra y decidió darle difusión, darle vida, darle forma.

Así nació la unión entre Yerca (ilustradora) y Kelevra (diseñador gráfico) donde su único objetivo es dar rienda suelta a estos dibujos #zentangle y #doodleart, sin límites, sin ataduras, libre de todo complejo y hasta donde pueda llegar la imaginación.

Nunca te aburras.